sábado, 22 de abril de 2017

Tepeyahualco: Zona Arqueológica de Cantona

Zona Arqueológica de Cantona

La zona arqueológica de Cantona es el recuerdo imborrable de una regia ciudad prehispánica. Su tamaño e importancia rivalizó con Tenochtitlan. Situada entre los municipios de Tepeyahualco y Coyoaco, al norte de la laguna del Salado, Cantona fue una de las ciudades más urbanizadas de México, siguiendo un esquema constructivo estudiado y planificado sin dejar ni un sólo rincón al azar. Los primeros exploradores de esta ciudad fueron Henri de Saussure en 1885, Nicolás de León ya a principios del siglo XX, Paul Gendrop en 1938, Eduardo Noguera en 1958 y Diana López en 1980. Todos ellos fueron aportando datos sobre las características del lugar.

La antigua Cantona destacó por su porte solemne a lo largo de sus 12 kilómetros cuadrados de extensión. La ciudad fue una de las más grandes de Mesoamérica, viviendo su máximo apogeo entorno a los siglos VIII y IX d.n.e. coincidiendo con el declive de otras grandes ciudades como Teotihuacan o Cholula. La importancia del lugar estuvo también muy relacionada con su situación como encrucijada de caminos entre el Golfo Sur y el Altiplano Central.

La zona arqueológica presenta tres áreas urbanas claramente diferenciadas: la gran Acrópolis, la zona de viviendas, con más de 3 000 patios habitacionales, y los 24 juegos de pelota, una cifra muy superior a la de cualquier otra ciudad de la época.

El entramado urbano presenta una estructura ordenada, intercomunicada por una red de calzadas elevadas (algunas llegando a alcanzar un kilómetro de largo), escalinatas, rampas y pasillos. Llama la atención la ausencia de argamasa para unir a los bloques de piedra que conforman los distintos edificios, aunque sí se utilizó lodo como material de unión. Tampoco existe el estuco como elemento decorativo.

Muchas teorías apuntan a la especialización de trabajos de los habitantes y a la agrupación de clases sociales en los distintos puntos de la ciudad, formando barrios diferenciados atendiendo a una jerarquía económica.

La suma de peculiaridades de la antigua ciudad de Cantona da una idea clara del modo de vida de sus habitantes y su avanzada organización, asentando las bases de una sociedad civilizada que gozó de gloria durante más de un siglo y que despierta la curiosidad y admiración de quien la descubre por primera vez.

Museo de Cantona
La zona arqueológica de Cantona dispone de un museo en el que se exponen las piezas más interesantes encontradas durante las excavaciones. El ajuar museítico cuenta con más de 4 500 piezas entre las que se destacan la representación de Xutecutli, el dios del fuego. Resalta, además, un collar formado por 421 piezas, principalmente de jade.

Abierto de martes a domingo de 10:00 a 17:00 horas.

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